Mediadores en la comunicación son los agentes sociales que rodean al sujeto (familia, colegio, instituciones estatales, medios de comunicación, etc.) También las mediaciones son el mundo del trabajo, política, incluso etnia, género; “las identidades de las audiencias”.22 Dada la omnipresencia espectacular de los medios de comunicación, intentaré centrarme en el papel del mediador (acción y efecto de mediar) relacionado con las tecnologías de la comunicación en la educación. La educación para los medios se refiere en primer lugar a la propia comunicación, de manera que no sea “domesticadora y esclavizadora de las 'comunicaciones' […] con la exigencia de destrezas de tipo regurgitativo y reproductivo, en lugar de la exigencia de capacidad crítica.”23 Esta situación presupone un modelo de comunicación horizontal y dialógico (emisor y receptor al mismo nivel, y roles intercambiables, forma natural de la comunicación humana).
Los medios de difusión cambiaron con la imprenta, lo que nos hace “percibir el libro como tecnología”24, y cada medio nuevo incide de manera directa en la sociedad. Los nuevos medios tecnológicos ofrecen múltiples puntos de vista, estructuras no lineales, intermitentes e hipertextuales, lo que puede llevarnos a pensar en la democratización de la información y la abolición del pensamiento único ofrecido desde el poder. Las comunicaciones entre la población comienzan a ser eminentemente digitales, con riqueza de lenguajes (audiovisuales, texto, hipertexto, imagen, etc.), lo que promueve la necesidad de nuevas alfabetizaciones (tanto mediáticas como digitales) originadas por las transformaciones tecnológicas y la necesidad de dotar de voz y expresión a los futuros ciudadanos democráticos. Lo que es evidente es que los medios “son lenguajes, metáforas, dispositivos tecnológicos, escenarios donde se genera, se gana o se pierde poder; son mediaciones y mediadores, lógicas, empresas mercantiles; son instrumentos de control y moldeamiento social, y a la vez, son dinamizadores culturales y fuente de referentes cotidianos; son educadores, representadores de la realidad y son generadores de conocimiento, autoridad y legitimación política”25
El análisis de los medios y su uso educativo deberá partir del cuestionamiento tanto de las herramientas como de los contenidos, así cómo de los propios sujetos que participan en el proceso de aprendizaje. El papel del mediador o guía en el espacio de aprendizaje deberá decidir si hace uso de la “racionalidad eficientista” incorporando las tecnologías informáticas como añadido al proceso educativo, o de la “racionalidad de la relevancia” tomando el medio o tecnología como objeto mismo de estudio y análisis, en este caso el objetivo estaría en el aprendizaje y no en la enseñanza.26
Efectivamente, la comunicación en los procesos educativos debe cambiar para que la enseñanza de los medios sea posible, ya que demanda capacidades críticas y cuestionadoras que faciliten el uso transformador (y no meramente transmisor) de los medios y sus posibilidades, y no capacidades reproductoras en medios que requieren de verdadera creación de contenido participativo, interactivo y democrático. El poder de los medios de comunicación está en su mayoría, en manos de unos pocos, sus mensajes pueden reforzar esta hegemonía, y un proceso de aprendizaje transmisivo perpetúa el poder en manos de los mismos, no permitiendo el desarrollo de ciudadanos que participen en una democracia plena y mucho menos una comunicación igualitaria. El aprendizaje debe ser significativo para los sujetos, para su desarrollo integral y así será relevante para la sociedad en la que participan.
Según Guillermo Orozco, el papel del comunicador sería el de “expertos en el acompañamiento del proceso educativo, desde los sujetos educandos-usuarios, a través de ir explorando todos aquellos elementos que inciden en su 'recepción' o interacción con la información y los nuevos medios y tecnologías,”27 así como “retroalimentar sus procesos particulares de recepción, apropiación y usos de los medios. Fortaleciendo sus competencias comunicativas, organizativas y participativas para trascender su condición de espectadores a interlocutores de los medios.”28
Referencias utilizadas:
Aparici, R. (Coord.) (2003): Comunicación educativa en la sociedad de la información. UNED, Madrid.
Landow, G. P. (2009): Hipertexto 3.0. Paidós, Barcelona
Masterman, L. (1993): La enseñanza de los medios de comunicación, Ed. de la Torre, Madrid.
Orozco Gómez, G. (1997): Medios, audiencias y mediaciones. Revista Comunicar nº 8. Huelva
Orozco Gómez, G. (2000): Educación, comunicación y tecnologías. Artículo de la Conferencia celebrada en Madrid el 4 y 5 de Mayo de 2000, organizada por la UNED.
[visitadas el 17.03.2010]
Materiales de la asignatura:
Teoría matemática de la Información
Universidad Carlos III de Madrid; Comunicación y Sociedad. Modelo Teórico.
Diagramas Recepción y Audiencia.
22 Audiencias según las agencias de rating y comerciales de medios: son cifras, segmentos cuantitativos en los que se divide la sociedad respecto a su exposición y preferencias. Según los anunciantes: son potenciales consumidores de los productos y servicios publicitados en los medios, a los que hay que convencer de sus bondades. Desde la academia, las audiencias son sujetos sociales, históricos y culturales. Somos todos desde una perspectiva humana. Orozco, G. (1997): Medios, audiencias y mediaciones. Revista Comunicar nº 8. Huelva (p. 27-28)
23 Masterman, L. (1993): La enseñanza de los medios de comunicación, Ediciones de la Torre, Madrid. (p.83)
24 Landow, G. P. (2009): Hipertexto 3.0. Paidós, Barcelona (p.76)
25 Orozco, G. (1997): Medios, audiencias y mediaciones. Revista Comunicar nº 8. Huelva (p. 26)
26 Orozco Gómez, Guillermo (2000): Educación, comunicación y tecnologías. Artículo de la Conferencia celebrada en Madrid el 4 y 5 de Mayo de 2000, organizada por la UNED. (p.9)
27 Orozco Gómez, G. (2000): Educación, comunicación y tecnologías. Artículo de la Conferencia celebrada en Madrid el 4 y 5 de Mayo de 2000, organizada por la UNED. (p.10-11)
28 Orozco Gómez, G. (1997): Medios, audiencias y mediaciones. Revista Comunicar nº 8. Huelva (p. 29)
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